Isla que da energía para meditar y hallar el amor: La isla se denomina “Parejha”
Está ubicada en la zona de Mayor Otaño, departamento de Itapúa, al límite con Argentina.
Anteriormente hasta el sitio solo se podía llegar en bote o lancha. Pero con la bajante del río Paraná, ahora las personas se acercan a pie.
Y en esta parte del año, son muchos los que visitan el lugar por dos razones: la primera es para disfrutar de la naturaleza y la segunda, ¡porque quieren una pareja!
Según los lugareños, la isla guarda un poder mágico. Aseguran que una vez que entrás allí recibís la energía para que en un futuro puedas encontrar a tu media naranja.
Es por eso que los que no tienen fortuna con el amor van en masa ndaje.
“De ahí viene su nombre, según me contó mi abuelo. Dicen que el soltero o soltera que ingresa a la isla sí o sí consigue pareja posteriormente”, comentó César Quintana, poblador de la zona.
“Yo vivo cerca del lugar y voy casi siempre a la isla.
A todos los que llegan les pregunto el motivo de la visita y un gran porcentaje me cuenta que es por la leyenda o la historia que alguna vez escucharon”, sostuvo.
“Las personas disfrutan del lugar, se sientan y reflexionan. Supuestamente la energía de la isla hace el resto”, añadió.
“Yo me casé con una de Mayor Otaño, la conocí aquí. No sé si tuvo algo que ver el lugar, pero todo coincide”, finalizó.
Cómo nació la leyenda de su “hechizo”
“La leyenda me la contó mi abuelo y a ellos sus padres. O sea, es de hace mucho tiempo”, dijo César. “Supuestamente hace muchísimo tiempo ahí vivía una pareja que posteriormente desapareció, al parecer se mudaron o algo así.
Pero dicen que el amor era todo para ellos. Y de ahí viene esta historia que si entrás a ‘Parejha’ encontrás el amor después”, explicó.
“El otro día hablé con un muchacho que vino desde Capiatá. Me contó que él escuchó la historia de un vecino que de chico vivía en Mayor Otaño. Se animó y vino solo para ver el lugar”, contó César.
Bajante que preocupa: “Nunca vi algo igual”
La isla “Parejha” es un sitio paradisiaco donde uno disfruta de la naturaleza al máximo. Hoy ese sitio no es igual. El agua que lo rodea bajó considerablemente.
“Nunca antes vi igual. Aquí solo se llegaba con bote o lancha y se tardaba un buen tiempo. Ahora la gente llega caminado. Es algo realmente increíble. El río sigue bajo”, dijo César.
“Con las últimas lluvias hubo un leve ascenso y ojalá pronto pueda llover en gran cantidad para que la isla esté nuevamente rodeada de agua”, finalizó.
Fuente: Diario Crónica
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