La Dra. Heather Sandison, una verdadera experta en el tratamiento del Alzheimer y otras formas de demencia, está convencida de que revertir esta enfermedad no solo es posible, sino que ya está sucediendo. Lo cuenta todo en su reciente libro “Reversing Alzheimer’s: The New Tool Kit to Improve Cognition and Protect Brain Health”, publicado el 11 de junio por HarperCollins. En este manual, Sandison ofrece un plan detallado para que los pacientes con Alzheimer fortalezcan su salud cerebral.
En un extracto de su libro, Sandison comparte algunas recomendaciones específicas para que las personas con Alzheimer mejoren su condición y así lograr revertir esta enfermedad.
La clave de su enfoque radica en el ejercicio, que considera uno de los factores más importantes para prevenir y controlar la demencia. Suena sencillo, pero tiene un impacto brutal. La ciencia ha demostrado que mantenerse físicamente activo puede reducir la probabilidad y progresión del Alzheimer.
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¿Se puede revertir la enfermedad de Alzheimer?
La respuesta es sí y según la Dra. Heather Sandison, reconocida experta en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer y otras formas relacionadas de demencia, cree que la reversión no sólo es posible, sino que ya está ocurriendo en múltiples pacientes.
La Dra. Heather Sandison que lo explica de forma clara: mover el cuerpo mejora el flujo sanguíneo, llevando más oxígeno y nutrientes al cerebro y eliminando los desechos. Además, fortalece el corazón y el sistema cardiovascular, mejorando el flujo sanguíneo incluso sin estar haciendo ejercicio.
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Tipos de Ejercicio para Combatir el Alzheimer
La Dra. Sandison sugiere cuatro categorías de ejercicios que podrían ayudar a los afectados por el Alzheimer:
- Ejercicio Aeróbico: El clásico “cardio”. Caminar, trotar, andar en bicicleta, bailar o nadar, todo cuenta. La idea es llegar a 150-200 minutos por semana, elevando el ritmo cardíaco al 70-85% de la frecuencia máxima.
- Entrenamiento de Fuerza: También conocido como resistencia. Aquí se trata de usar pesas, bandas elásticas o el propio peso corporal para desarrollar músculo. Sandison recomienda enfocarse en las piernas, caderas y torso, ya que estos grupos musculares producen BDNF, un “fertilizante” para el cerebro.
- Entrenamiento de Doble Tarea: Combina movimiento físico con un desafío cognitivo, como caminar mientras se aprende un idioma o recordar historias familiares.
- Terapia de Oxígeno de Contraste: Un método más avanzado que alterna la cantidad de oxígeno que se inhala durante el ejercicio, estimulando la apertura de los vasos sanguíneos más pequeños. Se necesita equipo especializado, pero puede hacer maravillas.
Beneficios en las Enfermedades Neurológicas
El ejercicio mejora la estructura cardiovascular, estimula la circulación y reduce el estrés al liberar endorfinas, esa hormona que nos hace sentir bien. Además, reduce el cortisol, la hormona del estrés, y, dependiendo del tipo de actividad, puede sacarnos a la naturaleza, que es un calmante natural.
Otra ventaja es la socialización. Hacer ejercicio en grupo ayuda a combatir la soledad y el aislamiento, factores de riesgo para el Alzheimer, según The Lancet. Además, mejora el sueño y fortalece el sistema inmunológico, lo que disminuye el riesgo de infecciones.
El Ejercicio como Intervención Poderosa
La Dra. Sandison no tiene dudas: “El ejercicio es una intervención de salud tan poderosa que si pudiéramos embotellarlo, probablemente podríamos deshacernos de las enfermedades crónicas”. Aunque requiere tiempo y esfuerzo, convertirlo en un hábito puede reducir enormemente el riesgo de demencia.
Sin embargo, la gran pregunta es si el mundo está listo para adoptar este desafío. ¿Podrán las personas encontrar la motivación para incorporar estos ejercicios en su rutina diaria y así cambiar el curso del Alzheimer? Queda por ver, pero lo que es seguro es que este método ya está dando resultados en muchos pacientes.
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Motivación en el Ejercicio: Un Reto Fundamental
La Dra. Sandison es clara: encontrar la motivación para mantener la constancia en el ejercicio es fundamental. No se trata solo de moverse, sino de hacerlo con un propósito. “Si solo haces una cosa, cambia tu rutina de ejercicios actual de una manera que desafíe tu cerebro y aumente la intensidad”, recomienda. Por ejemplo, si eres un caminante habitual, busca rutas con cuestas o escaleras. Si prefieres algo diferente, prueba una nueva clase de ejercicio.
La idea es mantener el desafío cognitivo y físico, ya que según Sandison, “El ejercicio es una intervención de salud tan poderosa que si pudiéramos embotellarlo, probablemente podríamos deshacernos de las enfermedades crónicas”.
Ejercicio y Neuroplasticidad
La neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para formar nuevas conexiones neuronales, es crucial en la reversión del Alzheimer. El entrenamiento de fuerza es especialmente efectivo aquí. Al trabajar grandes grupos musculares, se genera BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), un “fertilizante” que promueve la neuroplasticidad. Ya sea con pesas, bandas de resistencia o simplemente subiendo escaleras, lo importante es mantener los músculos en movimiento.
El entrenamiento de doble tarea también juega un rol central en este aspecto. Combinar la actividad física con un desafío cognitivo, como escuchar un audiolibro mientras se camina o recordar nombres de plantas durante un paseo, ayuda a mantener al cerebro alerta. Para aquellos con un deterioro cognitivo más avanzado, incluso recordar historias familiares puede ser un ejercicio efectivo.
Un Enfoque Holístico: Más que Ejercicio
El ejercicio es solo una pieza del rompecabezas. Sandison también enfatiza la importancia de una dieta saludable, el sueño y la gestión del estrés. “El ejercicio beneficia varias de las causas fundamentales de las enfermedades neurológicas”, escribe. Desde mejorar el flujo sanguíneo hasta reducir el cortisol y fortalecer el sistema inmunológico, los beneficios son innegables.
Además, una dieta rica en antioxidantes y ácidos grasos omega-3 complementa el programa. El sueño reparador permite que el cerebro elimine toxinas, y técnicas como la meditación o el yoga pueden reducir el estrés, otro factor de riesgo para el Alzheimer.
Terapias de Vanguardia
La terapia de oxígeno de contraste es una de las técnicas más avanzadas que Sandison recomienda. Aunque requiere equipo especializado, alternar la cantidad de oxígeno inhalado estimula la apertura de microvasos sanguíneos en el cerebro, mejorando el flujo sanguíneo y la función cognitiva.
Para aquellos dispuestos a invertir en esta tecnología o encontrar una clínica que ofrezca el servicio, podría ser un complemento valioso para su rutina de ejercicios. “No es para todos, pero si estás dispuesto y puedes hacerlo, puede resultar de gran ayuda”, asegura Sandison.
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¿El Futuro de la Reversión del Alzheimer?
La Dra. Sandison ha puesto sobre la mesa un enfoque que ya está cambiando vidas. Sin embargo, la adopción generalizada de estos métodos no será fácil. Revertir el Alzheimer a través del ejercicio y un estilo de vida saludable requiere un compromiso que muchos aún no están dispuestos a asumir.
Pero con más investigaciones respaldando estos enfoques y el aumento de la conciencia sobre la enfermedad, hay esperanza de que más personas adopten estas prácticas. El Alzheimer es un enemigo poderoso, pero con el enfoque adecuado, no es invencible.
La pregunta ahora es: ¿estamos listos para asumir el desafío? El libro de la Dra. Sandison podría ser el primer paso para muchos.
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