En una escena que parece sacada de una pesadilla, un paciente de cáncer pasó sus últimas horas en un sillón del Hospital Regional de Ciudad del Este, sin lograr conseguir una cama. La historia ha conmovido y enfurecido a muchos, evidenciando las grietas del sistema de salud en Paraguay.
Víctor Fariña, el paciente en cuestión, luchó contra una leucemia linfoblástica en su etapa más cruel y terminal. Sus últimos momentos no fueron en la comodidad de una cama de hospital, sino en la dura realidad de un sillón, rodeado de la indiferencia burocrática.
Carlo Jara, un amigo de Víctor, usó las redes para ventilar su dolor e impotencia: “Perdón Víctor, che ra’a… gran pu… Como dueles Paraguay!!! ¿Hasta cuándo se va a morir la gente así, en los pasillos de los hospitales???”, escribió desgarradoramente en Facebook. Su post refleja la desesperación de ver a su amigo partir de este mundo en condiciones tan indignas, pidiendo solo “una miserable cama” que nunca llegó.
“Te fallé. Te fallaron los encargados de la salud en el país!!”, continuó Jara, destacando cómo el pueblo paraguayo se unió para darle a Víctor momentos de alegría con regalos que “le llenaron el alma”. Prometió cuidar a la hija de ocho meses de Víctor y preparar su primer cumpleaños, cumpliendo las últimas voluntades de su amigo.
Desde la Décima Región Sanitaria de Alto Paraná, la respuesta fue un comunicado que intentó explicar, pero no consolar. Afirmaron que Víctor “fue atendido en forma paliativa” debido a su estado terminal. Según ellos, ingresó con “dolor intenso” y se le administró morfina y transfusiones de sangre en la sala de reanimación. Pero no hay palabras que cambien la imagen de un hombre muriendo en un sillón porque no había camas disponibles.
Este incidente no es solo una tragedia personal y familiar; es un símbolo potente de un sistema de salud que muchos sienten que les ha fallado. La gente se pregunta: ¿Cuántos más tienen que sufrir una indignidad similar antes de que se vean cambios reales?
Para Víctor, las promesas de atención de calidad llegaron demasiado tarde. Para Paraguay, cada historia como esta es un recordatorio amargo de que hay mucho por hacer. La comunidad espera acciones, no solo palabras, mientras la salud pública sigue en el centro de un debate doloroso y necesario.
¿Cambiará algo después de esto?
Solo el tiempo dirá si las promesas se convierten en realidad o si las historias como la de Víctor seguirán repitiéndose. Pero una cosa es clara: Paraguay no puede seguir perdiendo a sus ciudadanos en los pasillos de sus hospitales.
🔴 Paciente con cáncer no fue trasladado ya que estaba en la etapa final de su enfermedad, refiere ministra de Salud
— Monumental AM 1080 (@AM_1080) July 23, 2024
🗣️"Es un paciente que estaba en la etapa final de la enfermedad, estaba con cuidados paliativos. Lo mejor fue conseguir una sala en el servicio de clínica… pic.twitter.com/IAZMdwdZVZ