En un sorprendente giro de los acontecimientos, una vivienda en Minga Guazú, cerca del Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi, fue el centro de una elaborada estafa. Un grupo de impostores, haciéndose pasar por oficiales de la policía de China continental, usaba esta locación para llevar a cabo extorsiones a través de medios digitales.
Tras una denuncia de los funcionarios diplomáticos de China-Taiwán, una comitiva combinada de policías y fiscales allanó el inmueble, encontrándolo deshabitado. El fiscal Alcides Jiménez Vallejos confirmó la operación, revelando que se había montado una comisaría falsa para estafar a empresarios chinos en Paraguay y potencialmente en otros países.
