La Aloe Vera es una planta con superpoderes. Los egipcios la llamaban «la planta de la inmortalidad», y no es para menos. Durante siglos ha sido un elemento básico en la medicina tradicional por sus propiedades curativas. Hoy, la ciencia moderna respalda lo que nuestros antepasados ya sabían: el Aloe Vera es un aliado inigualable para el cuidado de la piel.
Un cóctel natural de compuestos poderosos
El Dr. David Leffell, jefe de cirugía dermatológica en la Escuela de Medicina de Yale, lo resume así: “Si algo proviene de la tierra y se considera natural, la gente quiere probarlo”.
Y tiene razón. El Aloe Vera contiene más de 75 compuestos beneficiosos, incluidos polisacáridos, vitaminas, minerales, enzimas y aminoácidos esenciales, según Oliver Grundmann, profesor clínico de química medicinal en la Universidad de Florida.
Propiedades antiinflamatorias, antibacterianas y cicatrizantes
Uno de los puntos fuertes del Aloe Vera es su capacidad antiinflamatoria. Grundmann explica que el gel contiene glucomanano, un carbohidrato que forma una capa sobre la piel, reduciendo la inflamación.
Además, tiene propiedades antibacterianas y antivirales, lo que lo convierte en un aliado para la cicatrización de heridas y prevención de infecciones. Joseph F. Fowler Jr., profesor clínico de dermatología en la Universidad de Louisville, señala: “El gel puede ayudar a reparar la barrera de la piel y aliviar el picor en personas con eczema”.
La ciencia lo respalda
Numerosos estudios han demostrado su eficacia en el tratamiento de heridas. Un artículo en la revista Wounds reveló que la combinación tópica de gel de Aloe Vera y aceite de oliva fue mucho más efectiva para aliviar el dolor y cicatrizar heridas crónicas que la fenitoína.
Otro estudio, liderado por Avijgan, encontró que tras tres meses de seguimiento, el 93,3% de los pacientes que usaron Aloe Vera experimentaron cicatrización completa, en comparación con el 46,7% del grupo de control.
Prevención de úlceras y humedad en la piel
Además de curar, el Aloe Vera previene las úlceras. Un estudio de West y Zhu (2003) concluyó que el gel podría ayudar a prevenir el eritema, la sequedad y el eczema, así como la formación de cicatrices.
Lacy Gill, directora asistente del Instituto de Cosmetología, Estética y Masaje de Houston, añade: «Los mucopolisacáridos, junto con los aminoácidos y el zinc, pueden mantener la integridad de la piel y retener la humedad, reduciendo el eritema”.
Otros beneficios del Aloe Vera para la piel
Hidratación profunda: Según el Dr. Grundmann, “el gel es más efectivo que las cremas por su alto contenido de agua, que representa el 99% del gel”. Así, nutre profundamente la piel.
Cuidado del acné: Lacy Gill afirma que “el gel es bueno para el acné por sus propiedades antiinflamatorias y exfoliantes”. Un estudio en el Journal of Alternative and Complementary Medicine mostró que la aplicación tópica redujo significativamente las lesiones de acné frente a un placebo.
Quemaduras solares: Maenthaisong et al. (2007) demostraron que el gel puede reducir el tiempo de recuperación de las quemaduras de primer y segundo grado a solo 9 días.
¿Cómo usar el Aloe Vera?
Para obtener el máximo beneficio, lo mejor es usar el gel fresco directamente de la planta. Corta una hoja madura, retira la capa exterior y extrae el gel transparente. Guárdalo en el refrigerador y úsalo en una semana.
Aplícalo directamente como mascarilla facial, déjalo actuar 20 minutos y enjuaga. También puedes incluirlo en tu rutina diaria, antes de los serums, cremas o protectores solares.
Precauciones
Aunque generalmente es seguro para uso tópico, ten cuidado con quemaduras graves o heridas profundas, ya que podría interferir con el proceso natural de cicatrización. Y, como siempre, haz una prueba en un área pequeña antes de usarlo en toda la piel.
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