Rocío Figueredo (27), una joven de Itá, ha encontrado su pasión en el oficio de la construcción, un mundo dominado mayoritariamente por hombres. Aunque su sueño siempre fue ser Ingeniera Civil, las dificultades económicas la llevaron a aprender sola el oficio de albañil, donde hoy destaca con orgullo. “De todo hago y trabajo como hombre, porque no quiero que nadie me menosprecie por ser mujer”, asegura.
Sin embargo, Rocío enfrenta desafíos más allá del esfuerzo físico. En varias ocasiones, dice que muchos la acosan y eso le dificulta trabajar muchas veces, incluyendo un caso donde un encargado de obra intentó sobrepasarse con ella. “Me dijo que le gustaba mucho y que quería otra cosa, pero yo le dejé claro que no, no me gustan los viejos. Por eso se enojó y decidí no volver”, relató. Aunque pensó en denunciar, prefirió callar para proteger a otros trabajadores, especialmente a las mujeres que dependen del mismo empleo.
Para Rocío, el trabajo en construcción no solo es una vocación, sino también una opción económica más beneficiosa. “Prefiero ser albañil antes que trabajar como doméstica. En esta profesión ya gano en quince días lo que una empleada cobra en un mes”, afirmó.
“No tenés que dudar de tu capacidad. Tenés que decir siempre ‘yo puedo’ y no hacerte de la inútil”, Rocío Figueredo.
Además, destacó que su única exigencia es ser tratada con respeto. En una oportunidad, tuvo que defenderse con una pala cuando un compañero intentó manosearla. “Yo bromeo como ellos, pero cuando cruzan el límite, me encuentran”, advirtió.
Actualmente, Rocío trabaja en changas mientras busca estabilidad en obras grandes, libres de acoso. Aquellos interesados en contratarla pueden contactarla al (0985) 495-757. Su historia es un llamado a valorar el esfuerzo y la lucha diaria de quienes rompen estereotipos en sectores tradicionalmente masculinos.
Fuente: https://www.extra.com.py/actualidad/prefiero-ser-albanil-antes-que-domestica