La carne roja, proveniente de mamíferos como la vaca, el cerdo o el cordero, ha sido durante años un tema de debate en el ámbito nutricional. Aunque algunos defienden sus beneficios para mejorar la masa muscular, combatir la deficiencia de hierro y potenciar la fertilidad, especialistas consultados por Women’s Health advierten que su consumo debe ser moderado para evitar riesgos a largo plazo en la salud.
En los últimos años, el interés por las proteínas ha alcanzado niveles sin precedentes, especialmente entre quienes buscan mejorar su rendimiento físico o aumentar su masa muscular. La carne roja se ha convertido en una opción popular debido a su alto contenido de proteínas completas, que incluyen todos los aminoácidos esenciales necesarios para la reparación y el crecimiento muscular. Además, contiene creatina, una sustancia clave para mejorar el rendimiento físico, así como vitaminas del complejo B, fundamentales para convertir los alimentos en energía y mantener los músculos en óptimas condiciones.
Otro beneficio destacado es su riqueza en hierro hemo, un tipo de hierro que el cuerpo absorbe con mayor facilidad en comparación con el hierro no hemo presente en fuentes vegetales. Este mineral es especialmente importante para las mujeres, ya que ayuda a compensar las pérdidas de hierro durante el ciclo menstrual. Muchas mujeres han reportado mejoras en su energía, ciclos menstruales más regulares e incluso una piel más clara tras incluir carne roja en su dieta, según menciona Women’s Health .
Sin embargo, los expertos no están completamente convencidos de que estos beneficios sean tan notables como algunos sugieren. Kim Johnson, dietista registrada y fundadora de Nourish/d Wellness, explica que, aunque la carne roja tiene un efecto saciante gracias a su alto contenido de proteínas, no es indispensable para lograr este resultado. Otras fuentes de proteínas, como el pollo, el pescado o incluso opciones vegetales, pueden cumplir funciones similares. “El secreto está en equilibrar el consumo de calorías y nutrientes, más que centrarse exclusivamente en la carne roja”, asegura Johnson.
Por otro lado, Anjali Prasertong, dietista registrada y máster en salud pública, recuerda que existen alternativas igualmente efectivas para obtener los mismos beneficios sin exponerse a los riesgos asociados con un consumo excesivo de carne roja. Estudios han relacionado el consumo elevado de carne roja procesada con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Por ello, insiste en que una dieta equilibrada debe incluir una variedad de fuentes de proteínas, como legumbres, frutos secos, pescado y aves, para garantizar una ingesta nutricional completa.
A pesar de los beneficios evidentes de la carne roja, los especialistas coinciden en que su consumo debe ser moderado. Un enfoque equilibrado y consciente, que combine diferentes fuentes de nutrientes, es clave para aprovechar sus ventajas sin comprometer la salud a largo plazo.