La Navidad de Romi Martínez no fue como las demás. Un trágico accidente con un petardo a punto estuvo de costarle el ojo a su hija. Un año después del suceso, Romi comparte su experiencia para concienciar sobre los peligros de la pirotecnia, especialmente en fechas festivas.
“Su ojito estaba negro, lleno de pólvora”, relató Romi, visiblemente afectada al recordar el momento. Su hija sufrió graves quemaduras de primer grado a causa del “mbokavícho”, un petardo que explotó peligrosamente cerca de su cara. El impacto fue tan fuerte que casi afectó su córnea, una lesión que podría haber tenido consecuencias aún más graves.
La madre, desesperada, llevó a su hija al hospital de IPS Encarnación esa misma madrugada, pero debido a la festividad de Navidad, no había especialistas disponibles. Afortunadamente, un médico la atendió para evitar mayores complicaciones. “Es impresionante cómo algo que parece tan inofensivo, como una cañita silbadora, puede ser tan peligroso”, reflexionó Romi sobre la irresponsabilidad con la que muchas veces usamos los fuegos artificiales.
Este trágico incidente, que dejó huella en toda la familia, es un recordatorio de los riesgos que conlleva el uso de pirotecnia sin la debida precaución. Romi instó a todos a tomar conciencia sobre los peligros y a reflexionar antes de encender un petardo.
Fuente: https://www.extra.com.py/actualidad/casi-perdio-el-ojo-por-petardo