Este jueves, un terremoto de magnitud 7.1 se dejó sentir en las costas del sur de Japón, sacudiendo a la población y causando algunos daños menores. No es poca cosa, pero por suerte, parece que hemos evitado una catástrofe mayor.
Las autoridades no tardaron en reaccionar. La Agencia Japonesa de Meteorología fue rápida y lanzó una alerta de tsunami. Aunque hubo preocupación, las olas reportadas han sido más un susto que un peligro real: estamos hablando de olas que no superaron el metro.
El epicentro del sismo estuvo en el mar, unos 20 kilómetros al noreste de Nichinan, en la isla de Kyushu. La profundidad fue de 25 kilómetros, según nos cuenta el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Y sí, inicialmente se sintieron dos temblores seguidos, que pusieron a todos en alerta máxima.
Desde la Agencia Japonesa de Meteorología (JMA), el mensaje fue claro: «Por favor, no entren en el mar ni se acerquen a la costa hasta que se levante el alerta». Prudente, considerando que inicialmente se esperaban olas de hasta un metro en Kyushu y Shikoku.
Chiba, que está a unos 850 kilómetros del epicentro, también estaba en el radar por riesgo de tsunami, aunque más pequeño. Y después del temblor, se reportaron olas de 50, 20 y 10 centímetros en varios lugares, incluyendo el puerto de Miyazaki.
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El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico no se quedó atrás y advirtió sobre olas peligrosas en un radio de 300 kilómetros alrededor del epicentro. Un dato nada menor.
En cuanto a los daños, hasta ahora parece que hemos tenido suerte. El portavoz del gobierno, Yoshimasa Hayashi, mencionó un herido leve y otras dos personas con lesiones varias. Y en las redes, aunque hay que tomarlo con cautela, se vieron imágenes de daños menores: vajillas rotas, bibliotecas en el suelo y una pared que no aguantó y cayó sobre un auto.
Japón, con su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico y sobre cuatro placas tectónicas, está más que acostumbrado a estos sustos. Pero eso no hace que cada temblor sea menos alarmante.
¿Será este terremoto un llamado a revisar y reforzar nuestras medidas de seguridad? Solo el tiempo lo dirá. Pero por ahora, Japón puede respirar un poco más tranquilo, agradeciendo que el daño no fue mayor. ¡Sigamos alerta!