Soñó que en su casa había oro y cavó para buscarlo pero desgraciadamente murió
En un desenlace fatal que conmueve a la comunidad de Ipatinga, Brasil, un pensionista perdió la vida en una búsqueda obsesiva de riquezas por un sueño. Joao Pimenta da Silva, de 71 años, cayó en el abismo de 40 metros que él mismo excavó en su cocina, convencido de que encontraría oro.
El trágico suceso se produjo la tarde del jueves, cuando Silva, llevado por un sueño que tuvo en la que un espíritu le aseguraba que en su casa había oro decidió cavar en su casa, dedicó un año entero a la excavación. La obseción por encontrar el oro lo llevó a deshacerse de casi todo lo que poseía, invirtiendo en herramientas y pagando a ayudantes para profundizar el hoyo de un metro de ancho hasta convertirlo en un túnel que se puede comparar a un edificio de trece pisos.
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En un infortunado accidente, Silva cayó al fondo del pozo debido a un fallo en el sistema de madera que utilizaba para descender.
El equipo de rescate, compuesto por bomberos, tuvo que emplear máscaras de oxígeno y equipos especializados para recuperar el cuerpo, enfrentándose a una excavación que, si bien rozaba la perfección en su ejecución, era extremadamente peligrosa.
La comunidad, que había advertido repetidamente a Silva sobre los riesgos, incluso de la presencia de gases explosivos, observó con tristeza cómo su empeño se volvió contra él. Ignorando los consejos, Silva incluso había considerado usar dinamita para continuar su busqueda.
Este incidente no solo resalta los peligros de las obsesiones no controladas, sino que también pone de manifiesto la importancia de escuchar a los demás y considerar los riesgos antes de embarcarse a lo loco en cualquier emprendimiento que se quiera realizar.