La tarde del domingo se tiñó de luto en Pedrozo, cuando un brutal accidente dejó seis víctimas fatales. Todo ocurrió en cuestión de segundos, y varios vehículos quedaron destrozados por el impacto. Un camión, que bajaba a toda velocidad del Cerro Caacupé, perdió los frenos al llegar al semáforo del kilómetro 45 de la ruta PY02, y el desenlace fue trágico.
Víctor Alfredo Giménez Parra, el chofer del camión, no pudo controlar el camión transganado. El video que circula en redes muestra esos primeros segundos de caos. El camión avanzaba por el carril izquierdo de la ruta cuando embistió primero a una motocicleta y luego siguió su camino arrollando una fila de autos que se dirigían hacia Asunción. Los testigos en la escena no podían creer lo que veían.
El impacto fue devastador. Uno de los vehículos, un Fiat Argo gris, quedó completamente aplastado bajo el camión. Dentro estaban cinco personas, cuatro de ellas de una misma familia, que no sobrevivieron al choque. El conductor del camión, en tanto, perdió un brazo y fue trasladado de urgencia al Hospital de Caacupé. Es un milagro que él haya sobrevivido, aunque ahora enfrentará las consecuencias de este trágico incidente.
Los Fallecidos en el trágico accidente
Entre los fallecidos están Hugo Alberto Cristaldo, de 50 años, y su esposa Rossana Méndez, de 51 años; sus hijas, Jazmín Cristaldo, de 25 años, y Fiorella Monserrath Cristaldo, de apenas 14. Junto a ellos también estaba Roger Iván Estigarribia, de 24 años, amigo de la familia. Todas estas vidas se apagaron en un instante dentro del Fiat. También perdió la vida Lilian Andreza Martínez de Cabañas, de 39 años, quien viajaba en una Toyota Rush que no pudo esquivar el desastre.
El dolor de los familiares y la comunidad es indescriptible. La tragedia sacudió a todos, y no faltan las preguntas que aún están en el aire. ¿Mantenimiento del vehículo? ¿Condiciones de la ruta? Algo salió terriblemente mal, y las consecuencias han sido aterradoras.
Este accidente, que ya se perfila como uno de los más graves en lo que va del año, deja a muchos preguntándose sobre las medidas de seguridad en nuestras rutas. ¿Qué más se puede hacer para evitar este tipo de tragedias? Por ahora, sólo queda esperar los resultados de las investigaciones, mientras las familias afectadas enfrentan el doloroso proceso de despedir a sus seres queridos.
En un accidente así, las palabras se quedan cortas. Lo que queda es una comunidad en shock y la amarga tarea de buscar respuestas. La vida sigue, pero para las familias afectadas, el dolor no desaparecerá fácilmente. Y la pregunta que muchos se hacen es si se hará justicia, o si este será solo otro número en las tristes estadísticas.