La historia de Don Ramón Heriberto Miranda Estigarribia, un mecánico de Minga Guazú, es un ejemplo impactante de cómo un acto de bondad puede volverse en tu contra. Este hombre, que dedicó más de una década a construir su hogar, ahora se encuentra fuera de su propia casa después de acoger a su nuera, Diana Leticia González Ríos, para ayudar a su hijo.
Todo empezó cuando Alfonso Daniel Miranda Santa Cruz, el hijo de Don Ramón, tuvo un grave accidente de moto. Este dejó a Daniel con lesiones que requerían cuidados constantes, así que su padre decidió abrir las puertas de su casa a su hijo y su pareja, una fisioterapeuta. Al principio, todo parecía ir bien; Diana, que ya estaba embarazada de seis meses cuando llegó, dio a luz poco después. El hogar de Don Ramón se llenó de alegría, pero esa felicidad no duró.
De la ayuda a la pelea
Con el tiempo, la relación entre Daniel y Diana se desgastó, y terminaron separándose. A pesar de eso, Diana siguió viviendo en la casa de Don Ramón. Argumentaba que necesitaba cuidar al niño y hasta instaló cámaras de seguridad para “vigilarlos”. Don Ramón, confiado en las buenas intenciones de Diana, aceptó. Pero aquí es donde la historia da un giro inesperado.
La situación se tensó aún más cuando Diana se enteró de que Daniel había comenzado a salir con otra persona. Desde ese momento, las cosas se complicaron. Según Don Ramón, Diana empezó a sentirse incómoda con él en casa, especialmente por las largas horas que él pasaba en el taller.
Una denuncia y un giro judicial
En un movimiento inesperado, Diana presentó una denuncia de “violencia doméstica” contra Don Ramón. Afirmó que su presencia la incomodaba y que afectaba la paz del hogar. Don Ramón está convencido de que nunca hubo ningún tipo de conflicto que justificara esta decisión, pero la jueza de paz Maribel Rojas le dio la razón a Diana y emitió una orden de alejamiento, prohibiéndole el acceso a su propia vivienda.
Así, con un simple papel, Diana no solo se quedó con la casa, sino que cambió las cerraduras, dejándolo fuera. Don Ramón, ahora despojado de su hogar y de sus pertenencias, se encuentra durmiendo en su taller, rodeado de las herramientas que una vez usó para construir el refugio familiar que ahora ya no tiene.
Una lucha por la justicia
Esta situación ha dejado a Don Ramón desconcertado y herido. No solo siente que fue traicionado por alguien a quien intentó ayudar, sino que siente que sus derechos han sido pisoteados. Las pertenencias de este mecánico, que van de recuerdos familiares a sus herramientas, quedaron fuera de la casa que construyó con tanto esfuerzo.
Don Ramón ha decidido hacer pública su historia, buscando apoyo y justicia. “No puedo creer que esto me esté pasando”, dice. La situación plantea muchas preguntas sobre qué sucede cuando la generosidad se convierte en una trampa. ¿Y ahora qué pasará con Don Ramón? ¿Podrá recuperar su hogar y restablecer su vida? Solo el tiempo lo dirá, pero seguro que la lucha por recuperar su vivienda apenas comienza.
Fuente: (Diario hoy py) https://www.hoy.com.py/nacionales/2024/11/02/recibio-a-su-nuera-para-ayudar-a-su-hijo-pero-ella-lo-denuncio-y-se-quedo-con-la-casa