La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha vuelto a encender las alarmas. Este miércoles, declaró oficialmente a la viruela del mono (mpox) como una emergencia internacional de salud pública, elevando la alerta al nivel máximo.
“Hoy se reunió el comité de emergencia y me comunicó que, en su opinión, la situación constituye una emergencia de salud pública de alcance internacional. Acepté esa recomendación”, afirmó Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director general de la OMS, durante una rueda de prensa. “Es una situación que debería preocuparnos a todos”, añadió con firmeza.
La declaración no llega de la nada. El comité de expertos, encabezado por Dimie Ogoina, evaluó la situación y concluyó que los 15 integrantes estaban de acuerdo: los criterios para declarar una emergencia internacional estaban claros.
La OMS ya había activado una alerta similar en 2022, cuando un brote global de viruela símica, causado por el clado IIb, puso al mundo en vilo. Pero esta vez es diferente. El nuevo brote, originado en la República Democrática del Congo (RDC), parece más contagioso y peligroso. El clado I y su variante, el clado Ib, tienen una mortalidad estimada del 3,6%.
La agencia sanitaria de la Unión Africana también se adelantó al declarar, el martes, una “emergencia de salud pública”, después de notar un aumento preocupante de casos en el continente.
Desde enero de 2022, África ha registrado 38.465 casos en 16 países, con 1.456 muertes. Las cifras no dejan a nadie tranquilo, especialmente con un aumento del 160% en 2024 con respecto al año anterior, según los datos de Africa CDC.
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Tedros lo dejó claro: “Nos enfrentamos a varias epidemias con diferentes clados en diferentes países, con diferentes modos de transmisión y diferentes niveles de riesgo”.
La viruela del mono, una enfermedad viral que puede transmitirse de animales a humanos, también se pasa entre personas mediante contacto físico cercano. El clado Ib provoca erupciones en todo el cuerpo, a diferencia de las cepas anteriores que solían causar lesiones localizadas en la boca, la cara o los genitales.
Aunque la enfermedad se descubrió por primera vez en humanos en 1970, en la RDC, con el clado I, los expertos están preocupados por el rápido avance del nuevo brote.
Declarar la emergencia internacional permite que la OMS desbloquee fondos cruciales para responder al brote. “Por lo demás, las prioridades se mantienen: invertir en capacidad de diagnóstico, en la respuesta de salud pública, el apoyo al tratamiento y la vacunación. Esto no será fácil”, advirtió Marion Koopmans, profesora de la Universidad Erasmus, en Róterdam.
Fuente: Diario Ultima Hora