En un notable avance en el ámbito de la zoología, un equipo de científicos ha identificado a la serpiente venenosa más grande del planeta. Este hallazgo se realizó en las colinas del sur de la India, donde los investigadores se encontraron con una cobra de más de 3 metros de longitud, que, aunque les resultaba familiar, presentaba características distintivas. Se trata de una nueva especie de cobra real, la Ophiophagus kaalinga, que se ha confirmado como la cobra venenosa más grande registrada.
Este descubrimiento no solo es relevante por las impresionantes dimensiones de la serpiente, sino que también contribuye al conocimiento sobre la biodiversidad en India al resolver un debate científico que había existido durante años: si la cobra real consiste en una única especie con variaciones geográficas o si, de hecho, hay múltiples especies dentro de este género. Un estudio publicado el 16 de octubre en la revista European Journal of Taxonomy proporciona una respuesta definitiva al establecer que la cobra real de los Ghats Occidentales es genéticamente diferente de otras poblaciones.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores realizaron un exhaustivo análisis que incluyó el rastreo de más de 150 cobras reales de diferentes regiones de Asia. A través del estudio del ADN y la evaluación de características físicas como tamaño, color y forma, se identificaron diferencias significativas entre las cobras del sur de India y las de otras áreas. Esto llevó a la identificación de la Ophiophagus kaalinga, que se distingue por su robustez y características genéticas únicas.
El hallazgo de esta nueva especie marca un avance significativo en la clasificación de las cobras y subraya la importancia de seguir investigando las variaciones locales dentro de especies que parecen ser homogéneas. La cobra real de los Ghats Occidentales ahora se reconoce como una especie independiente, lo que abre nuevas oportunidades para su conservación y el estudio de la evolución de las serpientes en esta región.
La Ophiophagus kaalinga habita en una de las regiones más biodiversas del mundo: los bosques montañosos del sur de India, conocidos como los Ghats Occidentales. Este macizo montañoso abarca aproximadamente 1.600 kilómetros, sirviendo como refugio para numerosas especies endémicas que no se encuentran en otras partes del mundo.
Hasta la fecha, esta nueva especie ha sido identificada en varios estados indios, incluyendo Goa, Karnataka, Kerala, Maharashtra y Tamil Nadu. Estas áreas, caracterizadas por su clima cálido y húmedo, junto con densos bosques tropicales, son ideales para la supervivencia de la cobra, que prefiere hábitats forestales poco alterados por la actividad humana.
Los Ghats Occidentales, que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, albergan una rica biodiversidad. No solo son el hogar de la Ophiophagus kaalinga, sino también de numerosas otras especies de reptiles, anfibios, mamíferos y plantas. Sin embargo, la creciente presión humana sobre estos ecosistemas plantea desafíos significativos. La expansión agrícola, la deforestación y la urbanización amenazan gravemente el hábitat natural de esta cobra.
La cobra real de los Ghats Occidentales es una serpiente impresionante, tanto por su veneno como por su gran tamaño y su aspecto imponente. Su cuerpo robusto y su cabeza grande y aplanada son algunas de sus características más destacadas. Un rasgo particular es su lengua de color rojo oscuro, que la distingue visualmente de otras cobras. Además, cuenta con colmillos afilados, que le permiten inyectar veneno de manera efectiva en sus presas.
Su color también es distintivo; desde arriba, presenta una mezcla de negro y marrón, adornada con franjas pálidas que le proporcionan un excelente camuflaje en su entorno boscoso. En contraste, la parte inferior de su cuerpo es de un tono cremoso o amarillento, lo que facilita su identificación desde una perspectiva más baja.
Como depredadora formidable, la Ophiophagus kaalinga se alimenta principalmente de otras serpientes, incluidas víboras y otras cobras, lo que la sitúa en la cima de la cadena alimentaria de su ecosistema. Su rol es crucial en el equilibrio ecológico, ya que ayuda a regular las poblaciones de serpientes y previene la sobrepoblación de especies potencialmente peligrosas para humanos y otros animales.
A pesar de su tamaño y naturaleza venenosa, los encuentros de la cobra real de los Ghats Occidentales con humanos son relativamente infrecuentes. Sin embargo, cuando ocurren, pueden ser fatales, ya que su veneno y comportamiento
El veneno de la Ophiophagus kaalinga es extremadamente potente y neurotóxico, lo que puede provocar la muerte en humanos si no se recibe el tratamiento adecuado de manera inmediata. A pesar de su potencial peligrosidad, estas serpientes no son inherentemente agresivas. Prefieren evitar el contacto humano y, generalmente, optan por huir si se sienten amenazadas. Sin embargo, pueden volverse peligrosas si se ven acorraladas o provocadas. Un encuentro imprevisto en áreas rurales, o en cercanías a su hábitat, podría llevar a un ataque defensivo, lo que representa un riesgo significativo, especialmente en comunidades que carecen de acceso rápido a atención médica especializada.
Fuente: Infobae