A veces, la vida nos pone en situaciones que desafían todo lo que creemos correcto. Esta es la historia de un amor prohibido, de decisiones difíciles y emociones encontradas.
Soy Ana, tengo 38 años, y siempre me consideré una mujer fuerte, independiente y enfocada en mis metas. Llevo más de diez años casada con un hombre maravilloso. Es mi mejor amigo, mi apoyo en los momentos más duros y el padre de mi hija. Pero, a pesar de todo lo que construimos juntos, mi corazón se desvió hacia alguien más.
Todo comenzó hace un año, durante un curso de liderazgo al que asistí por trabajo. Allí conocí a Marcos, un colega de otra filial. Desde el primer momento, hubo una conexión especial entre nosotros. Compartíamos intereses, risas y, poco a poco, conversaciones cada vez más profundas.
Lo que empezó como una amistad se transformó en algo más. Me encontraba deseando que llegaran los días de las reuniones, solo para verlo. Pero no pasó mucho tiempo antes de que ambos supiéramos que estábamos cruzando una línea peligrosa.
A medida que nuestros sentimientos crecían, también lo hacía mi culpa. ¿Cómo podía sentirme así mientras tenía una familia que amaba y que dependía de mí? Me sentía como dos personas diferentes: una esposa y madre devota, y una mujer atrapada en un torbellino de emociones.
Marcos nunca presionó nada; era como si él también estuviera luchando con su propia batalla interna. Finalmente, decidimos alejarnos. Pero ese vacío, esa ausencia, sigue pesando en mi pecho todos los días.
Respuesta de la Lic. psicóloga Cinthía Antúnez
Tu historia es un claro ejemplo de cómo las emociones humanas pueden ser complejas y contradictorias. Amar a alguien que no “debemos” puede generar una tormenta de sentimientos, como culpa, tristeza y confusión, que son difíciles de manejar.
Es importante entender que estas experiencias no te hacen una mala persona. Somos humanos, y nuestras emociones no siempre se alinean con nuestras responsabilidades o valores. Sin embargo, hay pasos que puedes tomar para trabajar a través de estos sentimientos:
- Reflexiona sobre tus emociones: ¿Qué significó esta conexión para ti? ¿Qué vacío o necesidad emocional llenó?
- Evalúa tus prioridades: Piensa en lo que realmente quieres a largo plazo. La terapia puede ser un espacio seguro para explorar esto.
- Fortalece tu relación actual: Si decides continuar con tu matrimonio, considera buscar apoyo profesional para trabajar en la comunicación y la conexión con tu pareja.
Recuerda, el proceso de sanar y tomar decisiones puede ser largo, pero es un camino hacia la claridad y la paz interior.
Contacto: Lic. psicóloga Cinthía Antúnez (0992) 920 – 504