Un intestino en equilibrio no solo ayuda a la digestión y a las defensas del cuerpo, también puede reflejarse en la piel. Así lo explican especialistas en gastroenterología, quienes destacan que lo que comemos y cómo cuidamos la microbiota intestinal puede influir en problemas cutáneos como eccema, psoriasis, rosácea o acné.
En los últimos años creció el interés por los probióticos, los jugos desintoxicantes y las dietas depurativas. Aunque algunas de estas tendencias carecen de sustento científico, el debate sobre cómo la alimentación repercute en la piel sigue ganando relevancia.
La conexión entre intestino y piel
La llamada relación eje intestino-piel funciona en ambos sentidos. Los cambios en la flora intestinal pueden modificar la inflamación en la piel, favoreciendo la aparición de brotes.
La doctora Pia Prakash y el doctor Austin Chiang, ambos gastroenterólogos certificados, explicaron que existen bases científicas que respaldan esta conexión, aunque también advierten que los resultados de las intervenciones alimenticias no siempre son uniformes.
El aparato digestivo, desde la boca hasta el ano, alberga millones de bacterias, virus y hongos. Cuando predomina la flora beneficiosa, se facilita la digestión, se fortalece el sistema inmunitario y se mantiene a raya a los agentes dañinos. Pero si ocurre lo contrario, aparece la disbiosis, un desequilibrio que puede dañar las defensas y dar lugar a enfermedades inflamatorias, incluso en la piel.
“La alteración del microbioma intestinal puede contribuir a afecciones como eccema, acné, psoriasis y rosácea”, explicó la doctora Prakash.
Este desequilibrio aumenta la permeabilidad del intestino, lo que permite que bacterias y toxinas pasen a la sangre. El resultado es una inflamación generalizada que termina manifestándose en la piel. Factores como el uso de antibióticos, el estrés, una dieta deficiente o enfermedades crónicas pueden agravar este cuadro.
Fibra y probióticos que ayudan a la piel
La fibra cumple un papel clave en la salud del intestino. Sin embargo, la dieta estadounidense promedio apenas aporta 15 gramos al día, muy por debajo de los 25 a 30 gramos recomendados por organismos internacionales como la OMS.
Una alimentación rica en frutas, verduras, cereales integrales y legumbres mejora la diversidad del microbioma y aumenta la producción de ácidos grasos de cadena corta, compuestos que reducen la inflamación y nutren a las células intestinales.
Los probióticos, por su parte, aportan bacterias saludables que también pueden tener un efecto positivo en la piel. “Hay estudios que muestran beneficios en eccema y psoriasis, aunque falta más investigación en el caso del acné y la rosácea”, señaló Prakash.
Cuando se combinan con prebióticos, fibras que sirven de alimento a estas bacterias, se potencia el equilibrio intestinal y con ello los posibles beneficios para la piel.
Lo que sí y lo que no de los probióticos
El doctor Chiang advierte que, aunque los probióticos muestran potencial, la evidencia científica todavía es limitada. Algunos ensayos clínicos reportaron mejoras en pacientes con psoriasis y dermatitis atópica, pero los resultados no son consistentes y dependen tanto de la cepa bacteriana como de la enfermedad en cuestión.
En niños con eccema, algunos estudios observaron mejoras después de seis meses. En adultos con psoriasis, ciertas mezclas de probióticos redujeron la gravedad de los síntomas y el riesgo de recaídas frente a quienes recibieron placebo.
Precauciones con dietas extremas y limpiezas
A diferencia de la fibra o los probióticos, las llamadas limpiezas intestinales, jugos desintoxicantes y dietas restrictivas no cuentan con respaldo científico y pueden ser peligrosas.
“Muchas de estas prácticas carecen de evidencia y, en algunos casos, resultan inseguras”, subrayó el doctor Chiang. Se registraron incluso efectos adversos como sangrado intestinal tras el consumo de productos no regulados.
Existen excepciones, como la dieta libre de gluten en personas con celiaquía, donde sí se observa un impacto directo en la piel. Pero para la mayoría de los casos, la recomendación es sencilla: aumentar la fibra, reducir los ultraprocesados y limitar el consumo de carne roja.
Cuánto tardan en notarse los cambios
Los resultados de mejorar la dieta o consumir probióticos no son inmediatos. En personas sin problemas intestinales, los beneficios sobre la piel suelen ser leves.
“Algunos ensayos clínicos muestran mejoras en psoriasis y dermatitis atópica en un plazo de ocho a doce semanas, pero los resultados dependen de cada persona”, explicó el doctor Chiang.
Lo que sí está comprobado
Las estrategias más respaldadas por la ciencia para cuidar la piel a través del intestino incluyen aumentar la ingesta de fibra, priorizar alimentos naturales y evitar productos milagro sin regulación.
“El microbioma intestinal es sumamente poderoso. Apenas estamos empezando a entender su influencia, no solo en la piel, sino en muchas enfermedades inflamatorias”, concluyó la doctora Prakash.
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