Investigadores de la Universidad de Columbia y otras instituciones están explorando terapias revolucionarias que podrían extender la función ovárica, modificando el envejecimiento hormonal y previniendo riesgos asociados al climaterio. Según el médico Kutluk Oktay, especialista en biología ovárica, procesos naturales como la menopausia pueden ser alterados, tal como se corrige la pérdida de visión con anteojos.
Durante la perimenopausia, muchas mujeres enfrentan sofocos, sudoración nocturna y cambios emocionales, entre otros síntomas. Aunque la terapia de reemplazo hormonal (TRH) ayuda, no resuelve problemas a largo plazo como la pérdida ósea o el riesgo cardiovascular. Zev Williams, director del Centro de Fertilidad de Columbia, sostiene que la menopausia no debe verse como un hecho inmutable, sino como un fenómeno modificable desde la medicina.
Empresas como Gameto y Celmatix lideran investigaciones prometedoras: la primera prueba células ováricas derivadas de células madre en animales, mientras que la segunda desarrolla fármacos para frenar el agotamiento de la reserva ovárica. Además, estudios clínicos como el VIBRANT, liderado por Williams, analizan el uso de rapamicina para preservar la calidad de los óvulos.
Oktay también lidera un estudio sobre un procedimiento ambulatorio que congela tejido ovárico para reimplantarlo más tarde, extendiendo la función hormonal. Sin embargo, expertas como Deborah Gomez Kwolek advierten sobre posibles riesgos éticos y biológicos, como el impacto en la fertilidad y el ligero aumento en el riesgo de ciertos cánceres.