Un violento choque en las cercanías de Ciudad del Este, a la altura de la Represa Acaray, dejó sin vida a un joven de 25 años. El conductor perdió el control de su camioneta en la Ruta PY07 y terminó estampándose contra un árbol. Quedó atrapado en el vehículo, luchando por su vida mientras esperaban la llegada de los bomberos.
Los rescatistas llegaron al lugar poco después del accidente y se enfrentaron a una escena desgarradora. El frente de la camioneta quedó completamente destrozado y el techo hundido, lo que convirtió el rescate en una verdadera carrera contra el tiempo. La chapa doblada dificultaba sacar al joven del habitáculo. Aun así, lograron liberarlo y trasladarlo al hospital mientras todavía respiraba. Pero, pese a los esfuerzos de los médicos, no pudieron hacer nada más para salvarlo.
La violencia con la que quedó destruido el vehículo habla por sí sola de la magnitud del impacto. Según las autoridades, la velocidad podría haber sido un factor clave en el accidente.
Los bomberos describieron una escena compleja y desafiante. “Tuvimos que luchar con cada herramienta que teníamos para sacar al joven. La chapa estaba doblada hacia adentro dificultando el trabajo”, contaron. Para entonces, la víctima aún mostraba signos de vida.
Aunque fue liberado con vida de entre los hierros, las heridas que sufrió resultaron ser demasiado graves. La tragedia ha conmocionado a la comunidad, donde el joven era conocido y apreciado.
Las investigaciones oficiales continúan, pero todo apunta a que la velocidad excesiva habría sido el elemento principal que provocó el fatal accidente.
Un final dramático que demuestra, una vez más, la importancia de mantener la velocidad adecuada en las carreteras. La Ruta PY07 ha visto su parte de accidentes, y este último recordatorio deja una tristeza profunda en la región.
La noticia deja muchas preguntas sobre seguridad vial y la necesidad de un mayor control en una zona ya conocida por sus curvas peligrosas. ¿Habrá nuevos controles más estrictos tras esta tragedia? Solo el tiempo dirá, pero la lección de hoy es clara: hay que conducir con más prudencia.