Con pedrada y palo abuelos “justicieros” atraparon a motochorro: Los abuelos vieron que asaltaban a su hijo y actuaron. Doña le dio escobazos al ladrón que ya era buscado.
José Adrián Rodríguez, pidió perdón gua’u por robar.
El interesante fresco nocturno del sábado les pareció ideal para cenar en la vereda. Don Ysacio Rejala (69) y doña Miranda Torres (62) disfrutaban los últimos bocados, cuando el llanto de su nieto les alertó y pillaron que su hijo era víctima de un asalto en su local de cobranzas, en el vecindario Santo Domingo de Areguá.
Dentro de su moto un solitario motochorro llegó y entró como cliente. Pidió algo y mientras Amadeo Rejala (42) buscaba, sacó de su cintura su arma. Apuntó a su hijo y pidió que le otorgue toda la plata. Amadeo quitó de la región de riesgo a su retoño y tomó una mochila para cargar y dar el dinero.
Entonces entraron en acción los abuelos “justicieros”.
La doña se armó con un palo, Ysacio con piedras. Miranda trató de evitar su escape cerrando la puerta, pero el delincuente la empujó y salió. “Te voy a matar me ha dicho, matame le dije. Y le cerré la puerta y me empujó”, relató doña Miranda sobre lo ocurrido. La mujer dijo que no sabe ni cómo es que tuvieron la valentía de confrontar al ladrón armado, pero que solo corrieron al escuchar el llanto de su nieto.
El abuelo lanzó al piso su biciclo para postergar su escape. A la guerra se unió su nieto de 17 años. El ladrón le aplicó un culatazo, subió a su moto y arrancó para rajar.
Ysacio esperó el instante justo y le lanzó una feroz piedra.
El malviviente perdió la estabilidad, cayó y fue detenido con asistencia de los vecinos. Fue reconocido como José Adrián Rodríguez, quien tiene antecedentes por robo y sería el creador del tiro que semanas atrás recibió un bombero de 17 años, en otro robo.
En un vídeo que grabado por los nativos después de agarrar al ladrón, se escucha Miranda advertirle poderosamente al ladrón: “Que sea la primera y la más reciente, ¿ehendúpa? Anive ni ehasa koárupi (¿Escuchaste? Más te vale que ni pases por acá)”. A eso que el detenido le responde que no lo va a hacer. “Perdoname, señora. Che ko areko familia (Yo tengo familia)”, manifestó José Adrián.
En la mochila recuperada de su poder llevaba bastante más de G. 3.500.000, producto de la recaudación del día.