La inseguridad se ha convertido en una problemática alarmante en nuestra sociedad, con un aumento notable en los asaltos en manada. Solo el pasado fin de semana se reportaron dos incidentes que reflejan esta preocupante tendencia. El abogado Jorge Rolón Luna señala que la falta de oportunidades es un factor determinante que empuja a muchos jóvenes hacia la delincuencia.
En el barrio Santo Domingo de Lambaré, un joven que regresaba a casa con amigos fue asaltado a mano armada por un grupo de jóvenes que descendieron de un automóvil. Este violento episodio tuvo lugar cerca de la medianoche del sábado. En otro hecho, en Curuguaty, un grupo de cinco a seis individuos irrumpió en un local comercial, rompiendo la puerta y llevándose varios dispositivos electrónicos.
Estos incidentes son solo una muestra de cómo los robos y asaltos en pandillas se están convirtiendo en un fenómeno cotidiano, visible a través de las imágenes que circulan en los medios y redes sociales.
El abogado Rolón Luna explica que la justicia se encuentra desbordada ante esta situación. “Es evidente que muchos jóvenes están involucrados en actividades delictivas, como los motochorros, un fenómeno que ha persistido en nuestro entorno durante un tiempo considerable”, afirma.
Según Rolón, las circunstancias que llevan a los jóvenes hacia la delincuencia son complejas. Muchos provienen de entornos violentos y familias disfuncionales, carecen de autoridad, enfrentan escasez de oportunidades laborales y están fuera del sistema educativo, además de lidiar con problemas de consumo de drogas.
“Estas condiciones propician una degradación del estilo de vida en ciertas zonas de Asunción y sus alrededores. Si no se abordan estas problemáticas, la situación solo empeorará”, advierte.
El abogado también señala que es un tema incómodo para muchos, pero el Estado debe asumir su responsabilidad en la creación de políticas públicas que generen oportunidades de empleo honesto. “La economía por sí sola no podrá ofrecer soluciones efectivas”, subraya.
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En el barrio Ricardo Brugada, conocido como La Chacarita, el aumento de la violencia y los tiroteos está vinculado al incremento del consumo de drogas y el microtráfico. Rolón explica que Paraguay se ha convertido en un punto de tránsito esencial para la cocaína, lo que genera un “efecto derrame”, donde parte de la droga que transita se queda en el país. Esto, a su vez, alimenta un mercado criminal territorial que se manifiesta violentamente.
“Si bien la Policía podría parecer rebasada, creo que forma parte del negocio del microtráfico. En conversaciones con los vecinos, se quejan de que saben quiénes son los distribuidores y dónde están las bocas de venta, pero no se toman medidas”, indica.
Los recientes hechos delictivos en diferentes barrios corroboran esta realidad. El 4 de septiembre en San Ramón, Capiatá, una familia fue atacada violentamente por delincuentes que sustrajeron varios objetos. Ese mismo día, en Santa Ana, un grupo de seis adolescentes asaltó a repartidores de productos lácteos, llevándose la recaudación y pertenencias de los trabajadores.
El 2 de noviembre de 2023, más de 50 personas, entre hombres y mujeres, llevaron a cabo asaltos en manada en Lambaré, con más de dos robos reportados en un solo día a manos de este grupo motorizado e impune.
La creciente ola de asaltos en manada refleja una crisis más profunda en nuestra sociedad, que exige atención urgente y soluciones efectivas para frenar esta escalada de violencia.
“Lo que yo no creo es que la Policía esté rebasada; yo sí lo que creo es que la Policía es parte de este negocio del microtráfico”.
Fuente: Diario Ultima Hora